RUTAS DE BAYARCAL

         
 
No debe Perderse
     
         
 

La encina, primero de forma aislada y luego más abundante, va ganando importancia en el paisaje, mostrando ejemplares centenarios, no vistos, en nuestras andanzas por Almería. Varios cortijos cubiertos de launa anticipan nuestra llegada a Bayárcal, que aparece ante nosotros cobijado en la falda del monte Chullo, a 1.255 m sobre el nivel del mar, y colgado sobre el precipicio que conforma la rambla de su mismo nombre. Parece que esta vez, sí podemos asegurar, por encima de otras discusiones localistas, que estamos en el pueblo más alto de Almería.
No sólo ostenta este honroso título, si preguntan a sus habitantes, le informarán que en estos espacios se respira el aire más puro de Europa. Omitimos cualquier posible comentario en contra de esta afirmación y reconocemos que, probablemente, tengamos este feliz privilegio. Así que, ánimo, y a respirar todo lo que le apetezca. Seguro que su cuerpo se reconfortará.
Prosiga con esta ocupación y entreténgase en recorrer este caserío, repleto de rincones sugerentes, tinaos, pasadizos y terrazas. En algunos lugares del pueblo quedan restos de su historia árabe, patentes también en las ruinas de Yniza, que dieron nombre a su marquesado. Acérquese a contemplar la iglesia mudéjar que muestra una esbelta torre decorada con azulejos. En su interior encontrará un verdadero tesoro, pues esconde una interesante imaginería barroca, del siglo XVII.

 


"San Francisco Javier"


Entre estas tallas de la escuela granadina destacan su patrón, San Francisco Javier, que la tradición hace venir de las lejanas tierras de Aragón. Si le apremia el hambre, ha escogido buen lugar para degustar la gastronomía alpujarreña. Podrá elegir entre la zamorra, el potaje de castañas, la fritá de asadura, el meneo de hinojos, etc. Saboree esta energética comida y recobre fuerzas para el resto de la ruta. El amante de la montaña y la naturaleza, encontrará en esta localidad un bello escenario para plantear atrayentes rutas que se adentrarán en lo más profundo del Parque Natural de Sierra Nevada.
 
 

Alternan con estas quercíneas, algunas manchas de castaños que, en lo más alto, se transforman en predominio de pastos y prados de alta montaña. La sinuosa carretera remonta las pendientes y el Río Bayárcal, hasta alcanzar la cota próxima a 2.100 m de altitud y el Puerto de la Ragua. En los alrededores, algunas instalaciones ofrecen servicios de alojamiento y restauración, así como alquiler de material deportivo; idóneo si se traslada hasta aquí en invierno y quiere practicar el esquí de fondo. Aunque no sea esa estación, pasee por los bellos alrededores que comparten los municipios granadinos de Ferrería, Nevada y el almeriense de Bayárcal.
Después del descanso y el juego, puede ser buena hora para regresar, deshaciendo el camino andado. Ahora, podrá admirar una nueva perspectiva del barranco y volver a Bayárcal para comprar unas manzanas que le entretendrán durante la vuelta a casa. Nos perdonará el lector que caigamos en la reiteración, pero le instamos a que circule despacio, sin prisas, deteniéndose en los miradores que surgen en algunas curvas. Descubrirá, así, nuevos paisajes y detalles que antes le pasaron desapercibidos.

 

 

 

 

 

 

         "Manzanas de Bayárcal"